¿Qué entiendes por felicidad?

feliz

Hace un año escribía una serie de artículos sobre un tema muy recurrente en nuestra sociedad: la felicidad.

Es un tema que nos preocupa, intentamos alcanzarla de muchas maneras y empleamos mucha energía en conseguir un estado que nos resulte mínimamente feliz. Y en ese proceso se mezclan la posición social, el tener determinados aparatos, saber estar, conocer más que nadie, ser humilde, conseguir metas, y un sin fin de opciones dependiendo del carácter, de lo que pretendemos ser y conseguir en la vida.
Hoy se ha publicado una entrevista con un personaje de cierta relevancia, que en principio voy a ocultar para no poner en funcionamiento nuestra cabeza etiquetadora y subjetiva. Este personaje respondía a la pregunta ¿Qué entiende por felicidad? Copio su respuesta, me parece altamente sugestiva y merecedora de releerla varias veces.
La felicidad no es un don, sino un arte que hay que cultivar desde el interior de cada uno. Es la liberación, el cese del sufrimiento. He visto a muchas personas muy ricas y muy bien educadas muy desdichadas. Las sociedades donde reina el exceso de consumo no producen ninguna satisfacción. Buscar la felicidad es conocer la realidad y combatir las expectativas erróneas porque la ignorancia es la causa de todo sufrimiento. Hay que educar la mente para reducir las divergencias entre apariencia y realidad. Prestar atención a valores internos. Practicar la compasión beneficia porque reduce el estrés; hay que entender que estamos en la vida para ser positivos, no para causar daño a los otros. El amor y la compasión ayudarán a tener una mayor paz mental y mejor salud. El odio, en cambio, destruye el sistema inmunológico.
Mi convicción es que cada ser humano es responsable de contribuir para conseguir un mundo mejor. La gente inflige dolor a otros en la búsqueda egoísta de su propia felicidad y satisfacción. Muchas veces se confunde también placer y felicidad. Sin embargo, la verdadera felicidad surge de un sentido de hermandad. Necesitamos cultivar una responsabilidad universal hacia los demás y hacia el planeta que compartimos. Entender que todo es interdependiente.
Por ello es importante un sistema educativo laico basado en valores humanos básicos, como la compasión, el mor o la amabilidad. Ello no excluye las religiones. Pero estimo que la transmisión de los valores humanos, que antes era tarea de las religiones, debe hacerse actualmente de forma laica. Considero más importante el desarrollo de los valores humanos que la religión.

Rastreando la felicidad


Creo que me he convertido en un sabueso rastreador, os lo voy a contar a continuación. Pues creo que, sin quererlo, rastreo planteamientos sobre la felicidad.
El jueves pasado estaba dando una vuelta para hacer tiempo, acto que se realiza para perderlo de una forma adecuada. No sé, quizás no sea perderlo. Siempre nos sale esta cabeza mercantilista que hace valoraciones cuantitativas. El tiempo no se pierde, simplemente discurre y nos ofrece posibilidades diversas y creativas. Lo que ocurre es que «la centrifugadora» diaria no nos permite valorar los momentos, perdemos grados de observación, nos convertimos en mirones planos.
Pues bien, estaba dando un paseo y entré en una librería. Comencé a hojear las revistas de informática y cogí la correspondiente del mes. Da igual el título, siempre compro la misma porque me gustan los artículos que trae y me pone al día sobre algo que me encanta: el mundo de los ordenadores.
Cuando me dirigía al mostrador para pagar me detuve porque vi una revista que publica Jorge Bucay, Mente Sana. Por pura sintonía con los escritos anteriores quise comprobar qué tenía en la portada. No se podía hojear más pues venía forrada con plástico sobre una base de cartón. Y allí mismo aparecía en el tema del mes Elegir la felicidad. Bueno, me pareció que aquello era asombroso. Volvía a encontrar en un medio impreso un tema que llevo persiguiendo varias semanas, la felicidad. Así que sin dudarlo compré la revista.
La revista da para varios escritos sobre el tema en cuestión, en este «post» comenzaré por comentar el editorial. El mismo Jorge Bucay nos plantea en el editorial: El camino de la felicidad. Escribe como introducción al artículo:

¿Existe la felicidad? ¿Es un mito, una abstracción o algo que efectivamente se puede alcanzar? Y si es posible alcanzar la felicidad, ¿esto depende de lo que cada uno haga, de las circunstancias que nos rodean o de lo que el azar acerque a nuestra vida?

Para comenzar nos sitúa en el ojo del huracán, ¿se puede hablar de la felicidad en este tiempo que nos toca vivir?, ¿la felicidad es una entelequia inalcanzable?, ¿es quizás una utopía risueña?

Continúa planteando que la felicidad es un tema olvidado en los manuales de psicología y filosofía, y que últimamente se ha retomado, sobre todo en aquellos especialistas que estudian con fines prácticos y positivos la condición humana.Afirma que la felicidad se asocia, de manera mercantilista y cuantitativa, con la acumulación de posesiones materiales, con confort, lujos, y también con alegría, con risas, con placer. Y claro nos pasamos el tiempo acaparando para ser más felices. Nada más lejos, ser feliz es una cuestión de actitud. Jorge Bucay nos plantea su idea de la felicidad como un concepto fruto de dos factores: la elección comprometida de un camino y una forma determinada de recorrerlo.
La felicidad no es algo que nos va a llegar si …, o que vamos a tener cuando consigamos … comprarnos la casa de nuestros sueños, tener el coche que hemos visto en publicidad, ganar el dinero suficiente para… La felicidad está fuera de todo ello, es un camino.

Caminar es mejor que llegar. La felicidad no es una ilusión, es la serenidad producida por estar en el camino correcto, avanzando en la dirección elegida.

Termina el editorial comentando algo a lo que yo también os animaba. Tiene que ver con el canto, aquí está tratado como una metáfora: La felicidad no está en el hecho de entonar una bella canción, sino en saber que soy capaz de disfrutar de cada nota mientras canto.
Voy a acabar (se me ha hecho un poco extenso) con una cita que aparece en esta misma revista Mente Sana nº7:
El arte de vencer las grandes dificultades se estudia y se adquiere con la costumbre de afrontar las pequeñas. Cristina Trivulzio (1808-1871) Escritora italiana

El precio de la felicidad

Haciendo limpieza he encontrado una revista llamada Dietética y Salud, para más señas es del año 1997. me ha llamado la atención que en su portada aparece el título de un artículo: Claves para ser feliz. Os apunto el resto de títulos de la portada: Cómo combinar bien los alimentos, Gimnasia china para mente y espíritu, Cambié el tabaco por las infusiones (Ángel Casas), Todo sobre los emplastes tóxicos, Secretos y símbolos de Navidad, Técnicas orientales de belleza: acupuntura, relajación, cromoterapia… Es una ensalada de propuestas, dentro de ellas aparece la felicidad, esa que persigo en comunicaciones varias.

Parece que todo confluye, para ello hay que estar «atentos». Este fin de semana en el cuadernillo que se entrega con el diario El País, EP[S], aparece un artículo firmado por Alex Rovira Celma con el título: El precio de la felicidad.

Remarco dos párrafos del artículo. Comienza afirmando que… Diferentes estudios afirman que no existe una relación directa entre dinero y felicidad. Las personas que se declaran felices cultivan afectos sólidos y relaciones personales de calidad, son abiertas, se sienten responsables de lo que les sucede y realizan un trabajo satisfactorio. No me extraña que sean felices, no se puede pedir más a la vida ¿no?. Como decían, lo demás os vendrá por añadidura.

En otro apartado se vincula el hecho de tener dinero con la felicidad, pero ¿hasta qué punto es el dinero causa de la felicidad?

El artículo sigue exponiendo los hechos afirmando que el dinero reporta un cierto grado de felicidad por el confort que aporta. Sin embargo, por encima de los 8.000 € anuales de renta ya no da más felicidad, un mayor ingreso de dinero satura la felicidad que se pueda alcanzar.

El artículo que he mencionado en primer lugar, ahonda más en la línea del trabajo interior de la persona. Comienza diciendo: Aprende a disfrutar de la vida. Ser feliz no es cuestión de suerte. la felicidad se consigue aprendiendo a vencer las dificultades y sabiendo disfrutar de los pequeños momentos que nos ofrece la vida.

Para mi la felicidad se nutre de pequeños o grandes momentos, en los que disfrutas porque te encuentras en una situación que notas que estás bien. Como en la fiesta que refleja la foto. Unos amigos hicieron 25 años de casados y nos reunieron a todos los que les queremos y después de gozar de una tarde llena de emotividad, acabamos de madrugada cantando. Yo fui feliz tocando la guitarra y cantando, movilicé mucha energía, estaba «encantado».

Probad a cantar de vez en cuando. Olvidaos de si alguien os ha dicho que cantáis mal o bien. Dejad que vuestra voz se exprese y cantad. Canciones tradicionales, modernas, las que queráis. Cantad.

Perseguir la felicidad III


Ayer me quedaba en la quinta propuesta de Jorge Bucay sobre la felicidad. Seguimos…
6. Aprende a no hacer nada. es un largo trabajo. A mí me costó mucho tiempo dejar de pensar que si no hacía nada es que estaba perdiendo el tiempo. A veces, no hacer nada es simplemente sentarte y deshacerte de las ideas que te dicen que deberías hacer otra cosa.
7. Encuentra tu ritual para sentirte mejor. Cada uno tiene el suyo propio. Yo tomo mate, pero lo mejor es levantarse cada mañana y agradecer que estás vivo.
8. Aprende a comunicarte. Para tener una buena comunicación sólo hay que desearla. Hasta que nos damos cuenta de lo importante que es escuchar y ser escuchado, lo único que tenemos es una falsa sensación de comunicación.

9. Escúchate mejor. Cuando uno sufre, sabe perfectamente cuál es la razón. Nadie se conoce mejor que uno mismo.
10. Intenta cambiar cosas pequeñas. dejar de pensar en términos maximalistas funciona.

Después de esto no se me ocurre nada más, solamente releer el texto y reflexionar. Añadiría que a veces quizás hacemos las cosas cotidianas demasiado difíciles. También, nuestra querida centrifugadora tiene mucha culpa. Para mí la centrifugadora es ese pensamiento que no para, que da vueltas, que pasa de una idea a otra, sin descanso hasta que te va axfisiando poco a poco.
Otro consejo mío no dejéis de escuchar buena música.