Rastreando la felicidad


Creo que me he convertido en un sabueso rastreador, os lo voy a contar a continuación. Pues creo que, sin quererlo, rastreo planteamientos sobre la felicidad.
El jueves pasado estaba dando una vuelta para hacer tiempo, acto que se realiza para perderlo de una forma adecuada. No sé, quizás no sea perderlo. Siempre nos sale esta cabeza mercantilista que hace valoraciones cuantitativas. El tiempo no se pierde, simplemente discurre y nos ofrece posibilidades diversas y creativas. Lo que ocurre es que «la centrifugadora» diaria no nos permite valorar los momentos, perdemos grados de observación, nos convertimos en mirones planos.
Pues bien, estaba dando un paseo y entré en una librería. Comencé a hojear las revistas de informática y cogí la correspondiente del mes. Da igual el título, siempre compro la misma porque me gustan los artículos que trae y me pone al día sobre algo que me encanta: el mundo de los ordenadores.
Cuando me dirigía al mostrador para pagar me detuve porque vi una revista que publica Jorge Bucay, Mente Sana. Por pura sintonía con los escritos anteriores quise comprobar qué tenía en la portada. No se podía hojear más pues venía forrada con plástico sobre una base de cartón. Y allí mismo aparecía en el tema del mes Elegir la felicidad. Bueno, me pareció que aquello era asombroso. Volvía a encontrar en un medio impreso un tema que llevo persiguiendo varias semanas, la felicidad. Así que sin dudarlo compré la revista.
La revista da para varios escritos sobre el tema en cuestión, en este «post» comenzaré por comentar el editorial. El mismo Jorge Bucay nos plantea en el editorial: El camino de la felicidad. Escribe como introducción al artículo:

¿Existe la felicidad? ¿Es un mito, una abstracción o algo que efectivamente se puede alcanzar? Y si es posible alcanzar la felicidad, ¿esto depende de lo que cada uno haga, de las circunstancias que nos rodean o de lo que el azar acerque a nuestra vida?

Para comenzar nos sitúa en el ojo del huracán, ¿se puede hablar de la felicidad en este tiempo que nos toca vivir?, ¿la felicidad es una entelequia inalcanzable?, ¿es quizás una utopía risueña?

Continúa planteando que la felicidad es un tema olvidado en los manuales de psicología y filosofía, y que últimamente se ha retomado, sobre todo en aquellos especialistas que estudian con fines prácticos y positivos la condición humana.Afirma que la felicidad se asocia, de manera mercantilista y cuantitativa, con la acumulación de posesiones materiales, con confort, lujos, y también con alegría, con risas, con placer. Y claro nos pasamos el tiempo acaparando para ser más felices. Nada más lejos, ser feliz es una cuestión de actitud. Jorge Bucay nos plantea su idea de la felicidad como un concepto fruto de dos factores: la elección comprometida de un camino y una forma determinada de recorrerlo.
La felicidad no es algo que nos va a llegar si …, o que vamos a tener cuando consigamos … comprarnos la casa de nuestros sueños, tener el coche que hemos visto en publicidad, ganar el dinero suficiente para… La felicidad está fuera de todo ello, es un camino.

Caminar es mejor que llegar. La felicidad no es una ilusión, es la serenidad producida por estar en el camino correcto, avanzando en la dirección elegida.

Termina el editorial comentando algo a lo que yo también os animaba. Tiene que ver con el canto, aquí está tratado como una metáfora: La felicidad no está en el hecho de entonar una bella canción, sino en saber que soy capaz de disfrutar de cada nota mientras canto.
Voy a acabar (se me ha hecho un poco extenso) con una cita que aparece en esta misma revista Mente Sana nº7:
El arte de vencer las grandes dificultades se estudia y se adquiere con la costumbre de afrontar las pequeñas. Cristina Trivulzio (1808-1871) Escritora italiana

El precio de la felicidad

Haciendo limpieza he encontrado una revista llamada Dietética y Salud, para más señas es del año 1997. me ha llamado la atención que en su portada aparece el título de un artículo: Claves para ser feliz. Os apunto el resto de títulos de la portada: Cómo combinar bien los alimentos, Gimnasia china para mente y espíritu, Cambié el tabaco por las infusiones (Ángel Casas), Todo sobre los emplastes tóxicos, Secretos y símbolos de Navidad, Técnicas orientales de belleza: acupuntura, relajación, cromoterapia… Es una ensalada de propuestas, dentro de ellas aparece la felicidad, esa que persigo en comunicaciones varias.

Parece que todo confluye, para ello hay que estar «atentos». Este fin de semana en el cuadernillo que se entrega con el diario El País, EP[S], aparece un artículo firmado por Alex Rovira Celma con el título: El precio de la felicidad.

Remarco dos párrafos del artículo. Comienza afirmando que… Diferentes estudios afirman que no existe una relación directa entre dinero y felicidad. Las personas que se declaran felices cultivan afectos sólidos y relaciones personales de calidad, son abiertas, se sienten responsables de lo que les sucede y realizan un trabajo satisfactorio. No me extraña que sean felices, no se puede pedir más a la vida ¿no?. Como decían, lo demás os vendrá por añadidura.

En otro apartado se vincula el hecho de tener dinero con la felicidad, pero ¿hasta qué punto es el dinero causa de la felicidad?

El artículo sigue exponiendo los hechos afirmando que el dinero reporta un cierto grado de felicidad por el confort que aporta. Sin embargo, por encima de los 8.000 € anuales de renta ya no da más felicidad, un mayor ingreso de dinero satura la felicidad que se pueda alcanzar.

El artículo que he mencionado en primer lugar, ahonda más en la línea del trabajo interior de la persona. Comienza diciendo: Aprende a disfrutar de la vida. Ser feliz no es cuestión de suerte. la felicidad se consigue aprendiendo a vencer las dificultades y sabiendo disfrutar de los pequeños momentos que nos ofrece la vida.

Para mi la felicidad se nutre de pequeños o grandes momentos, en los que disfrutas porque te encuentras en una situación que notas que estás bien. Como en la fiesta que refleja la foto. Unos amigos hicieron 25 años de casados y nos reunieron a todos los que les queremos y después de gozar de una tarde llena de emotividad, acabamos de madrugada cantando. Yo fui feliz tocando la guitarra y cantando, movilicé mucha energía, estaba «encantado».

Probad a cantar de vez en cuando. Olvidaos de si alguien os ha dicho que cantáis mal o bien. Dejad que vuestra voz se exprese y cantad. Canciones tradicionales, modernas, las que queráis. Cantad.

Perseguir la felicidad III


Ayer me quedaba en la quinta propuesta de Jorge Bucay sobre la felicidad. Seguimos…
6. Aprende a no hacer nada. es un largo trabajo. A mí me costó mucho tiempo dejar de pensar que si no hacía nada es que estaba perdiendo el tiempo. A veces, no hacer nada es simplemente sentarte y deshacerte de las ideas que te dicen que deberías hacer otra cosa.
7. Encuentra tu ritual para sentirte mejor. Cada uno tiene el suyo propio. Yo tomo mate, pero lo mejor es levantarse cada mañana y agradecer que estás vivo.
8. Aprende a comunicarte. Para tener una buena comunicación sólo hay que desearla. Hasta que nos damos cuenta de lo importante que es escuchar y ser escuchado, lo único que tenemos es una falsa sensación de comunicación.

9. Escúchate mejor. Cuando uno sufre, sabe perfectamente cuál es la razón. Nadie se conoce mejor que uno mismo.
10. Intenta cambiar cosas pequeñas. dejar de pensar en términos maximalistas funciona.

Después de esto no se me ocurre nada más, solamente releer el texto y reflexionar. Añadiría que a veces quizás hacemos las cosas cotidianas demasiado difíciles. También, nuestra querida centrifugadora tiene mucha culpa. Para mí la centrifugadora es ese pensamiento que no para, que da vueltas, que pasa de una idea a otra, sin descanso hasta que te va axfisiando poco a poco.
Otro consejo mío no dejéis de escuchar buena música.

Perseguir la felicidad II

Continuando con el artículo de ayer…

La felicidad de los habitantes de Bután se ha convertido en una política de estado. Esto es idílico ¿no?. Ya nos gustaría que no nos calentasen tanto la cabeza y nos diesen unas propuestas positivas, que nos sirviesen y ayudaran en el diario discurrir de nuestra pobre figura.

Hay veces que los temas se interrrelacionan casi sin quererlo, simplemente observando. El artículo anterior y este otro que voy a comentar, son distantes en el tiempo y en tipo de publicación, y sin embargo nos aportan nuevos matices.Los sábados se publica un suplemento Mujer hoy, que por esta tierra se entrega con el diario El Correo. En el nº 338 aparecía en portada el siguiente titular: Ponte al día. A continuación: Todo lo que se lleva en moda, belleza, decoración… y lo secretos de los gurús para ser feliz.

Pues… Nos ponemos al día, queremos ser felices y vamos a vestir bien. Nos pondremos guapos y redecoraremos nuestra casa. Luego atenderemos a los gurús: Jorge Bucay (médico psiquiatra y psicoterapeuta), Alejandra Vallejo-Nájera (psicóloga y escritora), Isla Ramos (directora de Leonovo España y Portugal), Carla Royo-Villanova (autora de libros sobre protocolo), Juan Manuel Opi (psicoterapeuta), Juliana Fariñas (presidenta del Colegio de Médicos de Madrid). Estos son los gurús que nos presenta la revista. Cada uno de llos hace una propuesta con el titular: Claves para un otoño 10. Representan una diversidad de conceptos que tienen que ver con la felicidad (los hijos, el trabajo, la vida social, la pareja y consejos saludables), podemos escoger uno, o sin ser dogmáticos elegimos varias propuestas de entre todas ellas.

A mí me han gustado varias, de entre todas me quedo con las de Jorge Bucay. Es conveniente volver a releerlo y dejar que sus ideas se reposen en nuestra consciencia.

Esto es lo que él plantea en las cinco primeras propuestas:

1. Acepta las frustraciones. El sufrimiento siempre es, según decía Buda, el resultado de un deseo no satisfecho.

2. No te conformes. Hay una diferencia muy importante entre la aceptación y la resignación. Aceptar es perder la urgencia.

3. Cancela la sobreexigencia. No es fácil, porque nuestra educación nos condiciona. Por eso hay un largo trabajo por hacer y cada uno debe realizarlo consigo mismo.
4. Lee, escucha y cuenta cuentos. Nos libran de de la tiranía del intelecto. Aunque sea por un ratito, dejamos de depender de este cerebro maquinador y lógico. Los cuentos nos conectan con las emociones, con los sentimientos, con nuestro lado más espiritual. Los cuentos nos ayudan a perder las urgencias, a ver que la felicidad es un proceso interior (la intensificación en negrita es mía).
5. Disfruta de los pequeños placeres. Mucho más importante que el placer es la serenidad; lo que nos satisface, entendido como una carrera feroz para disfrutar, no es placentero.

Mañana os apuntaré las cinco siguientes.